En un escenario político marcado por cambios significativos, el nuevo pacto de "Olivos" entre el presidente saliente Alberto Fernández y el recién electo Javier Milei ha dejado entrever ciertos acuerdos y desacuerdos que podrían tener repercusiones directas en el bolsillo de los argentinos. Uno de los puntos más sensibles es la cuestión de la devaluación y la posible subida de las naftas.

Dentro de los acuerdos de transición, se ha esbozado la posibilidad de que el gobierno saliente se encargue del "trabajo sucio de la devaluación", una medida impopular pero necesaria para enderezar la economía según Milei. Sin embargo, la resistencia por parte del gobierno saliente a llevar a cabo esta acción ha generado tensiones notables.

En este contexto, una de las medidas que se plantea como inevitable es la subida de los precios de los combustibles. Mientras que durante la campaña electoral, parte del equipo de Macri-Milei abogaba por equiparar los precios de las naftas con los valores internacionales, ahora se habla de una posible subida de al menos un 50%. Esta propuesta, sin embargo, ha generado preocupación entre expertos económicos y ciudadanos por igual.

La justificación de equiparar los precios de las naftas al mercado internacional parte de la premisa de que este es un insumo nacional que debería estar alineado con las tendencias globales. Sin embargo, esta visión desconoce la realidad de que el petróleo y sus derivados son recursos estratégicos para la soberanía y el desarrollo del país. Pagar a precio de "mercado internacional" podría tener consecuencias negativas, ya que se traduciría en un aumento sustancial en los costos de transporte, producción y servicios, impactando directamente en la inflación.

La medida de subir las naftas, aunque se presente como una necesidad económica, no está exenta de riesgos. El impacto directo en el bolsillo de los ciudadanos y en los sectores productivos podría ser considerable, generando un efecto dominó en la economía nacional.

Es fundamental que las decisiones económicas se tomen con un enfoque integral, considerando no solo la estabilización financiera a corto plazo, sino también los efectos a largo plazo en la vida cotidiana de la población. La subida de las naftas, si bien puede ser una medida necesaria, debe ser implementada de manera cuidadosa y acompañada de políticas que mitiguen su impacto en los sectores más vulnerables y en la inflación general.

En conclusión, la inminente subida de las naftas en Argentina, en el marco del pacto de "Olivos", plantea desafíos económicos importantes. La equilibrada implementación de estas medidas será clave para evitar consecuencias negativas y garantizar la estabilidad y el bienestar económico de la nación en el futuro próximo.