Fecha: 23 de noviembre de 2023

El presidente electo Javier Milei ha mantenido una posición constante en su programa económico, abogando por el equilibrio fiscal y reducción de la inflación. Sin embargo, en medio de un contexto internacional turbulento, con conflictos en Medio Oriente y señales de una posible crisis petrolera, surge la pregunta clave: ¿Por qué la propuesta de dolarización si ya se apunta hacia la estabilidad fiscal y una inflación a la baja?

Milei, conocido por su retórica incisiva y sus ideas económicas disruptivas, ha generado expectativas alrededor de su presidencia en Argentina. Sin embargo, la aparente contradicción en su enfoque económico ha dejado perplejos a muchos analistas.

En primer lugar, es esencial destacar la coherencia en el discurso de Milei en cuanto a la importancia del equilibrio fiscal y la reducción de la inflación. Estas son piedras angulares para la estabilidad económica y el crecimiento sostenible. No obstante, la propuesta de dolarización ha generado interrogantes, especialmente en un momento de alta incertidumbre internacional.

El presidente electo ha argumentado que la dolarización proporcionaría una mayor estabilidad al eliminar la amenaza de devaluación de la moneda local. Sin embargo, la cuestión principal es si esta medida extrema es necesaria cuando se tiene equilibrio fiscal y la inflación bajo control.

En un escenario internacional caracterizado por guerras, hostilidades en Medio Oriente y la posibilidad de una crisis del petróleo, la dolarización podría limitar la capacidad de respuesta del gobierno ante situaciones imprevistas. La rigidez de una economía dolarizada frente a eventos externos podría convertirse en una desventaja estratégica en tiempos de crisis globales.

Además, la retórica de Milei, que suele basarse en probabilidades y escenarios hipotéticos, plantea la pregunta: ¿Cómo afectarían estas propuestas en un entorno tan volátil? Aunque el presidente electo aún no ha asumido oficialmente su cargo, es crucial evaluar la consistencia y viabilidad de sus propuestas económicas.

La comunidad internacional y los ciudadanos argentinos esperan claridad sobre este aparente dilema. ¿Es la dolarización la respuesta en todos los casos, incluso cuando se logra el ansiado equilibrio fiscal y se mantiene la inflación a la baja? La respuesta podría determinar no solo el rumbo económico de Argentina bajo la presidencia de Milei, sino también su capacidad para enfrentar desafíos económicos globales impredecibles.


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