La noticia del anuncio del presidente electo Javier Milei sobre la paralización de la obra pública ha generado gran inquietud entre los gobernadores y sindicatos del país. Este anuncio, previo a su asunción el 10 de diciembre, ha suscitado diversas reacciones, especialmente en relación con las consecuencias directas que podría tener en la pérdida masiva de empleos.
Uno de los primeros en expresar su preocupación fue el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, quien manifestó su inquietud acerca de los impactos de esta medida. Uñac destacó que la obra que se está llevando a cabo en su provincia cuenta con financiamiento internacional, agradeciendo al BID por ello. Sin embargo, señaló que otros tramos de proyectos, como el de la Ruta 40, dependen del Tesoro Nacional, y podrían no iniciarse si se implementa la paralización de la obra pública.
El gobernador Uñac resaltó la importancia de no detener la obra pública, insistiendo en que tanto las obras en curso como las futuras deben continuar. Detalló que en San Juan se verían afectados entre 45 y 49 barrios en construcción, lo que conllevaría la pérdida de más de 10,000 empleos en la provincia.
Desde el ámbito sindical, Fabián Cattanzaro, secretario gremial del Sindicato de Trabajadores de Vialidad Nacional, compartió su preocupación y advirtió sobre el riesgo de perder hasta 200,000 puestos de trabajo, sumados a otros 300,000 generados por la cadena de valor asociada a la obra pública. Cattanzaro destacó que la paralización afectaría las más de 3,000 obras activas en el país, con consecuencias negativas para el empleo y la estabilidad económica.
El dirigente sindical cuestionó las declaraciones mediáticas de Milei y su futuro ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, indicando que, si bien anuncian la detención de la obra pública, también plantean volver a modelos anteriores. Cattanzaro aclaró que la obra pública abarca diversos aspectos y criticó la propuesta de regresar a sistemas de concesiones y participación público-privada, señalando que esto ya se intentó sin éxito en el pasado.
La incertidumbre en torno a la continuidad de la obra pública ha llevado a gobernadores y sindicatos a expresar su preocupación por las posibles repercusiones económicas y laborales que podrían derivarse de esta medida, subrayando la importancia de encontrar soluciones que permitan mantener la actividad constructiva en el pais.