La obra del escritor y pensador argentino Raúl Scalabrini Ortiz ha dejado una profunda huella en la reflexión sobre la identidad y el desarrollo de Argentina. Entre los temas que abordó con agudeza se encuentra la cuestión de los trenes y su conexión intrínseca con las economías regionales. Scalabrini Ortiz, a lo largo de sus escritos, enfatizó la importancia de mantener el control estatal sobre el transporte ferroviario, subrayando que su privatización podría tener consecuencias desastrosas para las regiones y la unidad nacional.

El ferrocarril, desde sus primeros días en Argentina, desempeñó un papel crucial en la integración y el desarrollo del país. Con vastas extensiones geográficas y una diversidad de recursos naturales, el sistema ferroviario se convirtió en la columna vertebral que unía las diferentes regiones, facilitando el transporte de mercancías y personas. Scalabrini Ortiz comprendió la relevancia de esta red ferroviaria para las economías regionales, considerándola un elemento esencial para la cohesión nacional.

En su obra "El hombre que está solo y espera", Scalabrini Ortiz analiza el impacto de la concentración económica en Argentina y advierte sobre los peligros de la privatización de sectores estratégicos, entre ellos, el transporte ferroviario. Señala cómo la entrega de los ferrocarriles a manos privadas podría conducir a un debilitamiento de las economías regionales, ya que las decisiones empresariales estarían orientadas principalmente por intereses económicos individuales en lugar de consideraciones de desarrollo nacional.

La privatización del transporte ferroviario, como advierte Scalabrini Ortiz, tiende a priorizar rutas rentables en detrimento de aquellas que sirven a regiones menos pobladas o económicamente menos activas. Esto puede traducirse en la desatención de áreas remotas y en la disminución de la conectividad que tanto había contribuido al desarrollo regional.

Además, la privatización puede llevar a tarifas elevadas y a la falta de inversión en infraestructuras esenciales, lo que afecta directamente la competitividad de las economías regionales. Scalabrini Ortiz abogaba por la idea de que el Estado debía mantener un rol activo en la gestión de los ferrocarriles para asegurar que estos sirvieran al interés público y contribuyeran al bienestar general.

En el contexto actual, las palabras de Scalabrini Ortiz cobran nueva relevancia. La discusión sobre la privatización de los servicios públicos sigue presente, y la experiencia de otros países ha mostrado los desafíos que pueden surgir cuando se entrega el control de los ferrocarriles a manos privadas.

En conclusión, la obra de Scalabrini Ortiz nos invita a reflexionar sobre la importancia de los trenes en el desarrollo de las economías regionales y la necesidad de preservar el control estatal sobre este medio de transporte. La historia y la geografía de Argentina están intrínsecamente ligadas a sus ferrocarriles, y salvaguardar su función social y económica es esencial para mantener la unidad y el progreso del país.