Cuando Javier Milei asumió la presidencia de Argentina hace apenas 11 días, muchos creían que su tiempo al frente del país sería un período de cambios audaces y políticas radicales diseñadas para impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, en este corto lapso, ya ha generado un considerable impacto negativo en la economía y en el bolsillo de los trabajadores.

Al igual que Liz Truss en el Reino Unido, Milei ha adoptado un enfoque polarizado y de confrontación desde el inicio de su mandato. Al formar su gobierno, se rodeó de personas que compartían su visión y otros delincuentes financistas como "toto" Caputo . Este estilo de liderazgo ha llevado a una falta evidente de talento en su administración, y en solo unos días, ya ha tomado decisiones controvertidas que han afectado negativamente la estabilidad económica.

Uno de los aspectos críticos en el breve mandato de Milei ha sido la implementación de un nuevo decreto de necesidad y urgencia (DNU), el cual, al igual que en el caso de Truss, ha generado preocupaciones sobre la violación de los derechos de los trabajadores.

El proceso de selección de Milei como presidente también ha sido cuestionable, ya que su políticas fiscales que satisfacen las demandas internas del partido, en lugar de abordar las necesidades generales del país, refleja una estrategia similar a la de Truss, que resultó ser desalineada tanto con la opinión pública como con sus propios correligionarios.

La gestión económica de Milei, al igual que la de Truss, ha sido deficiente desde el principio. La eliminación de barreras a los beneficios de los banqueros y la reducción de impuestos a las empresas en medio de una crisis económica demuestra una falta de comprensión de la realidad y las necesidades del país. Esta medida, junto con otras decisiones tomadas en sus primeros días de gobierno, ha contribuido a un escenario de incertidumbre y desconfianza.

La puesta en escena de Milei también ha sido objeto de críticas, ya que su comunicación mecánica y su incapacidad para conectar emocionalmente con la población han generado una percepción negativa. Su estilo confrontativo y la falta de empatía en sus respuestas a los medios han contribuido a una imagen de liderazgo distante y poco accesible.

En resumen, aunque el tiempo en el cargo de Milei es considerablemente corto en comparación con el de Truss, ya ha dejado un rastro de decisiones controvertidas y una gestión cuestionable. Ambos líderes comparten similitudes en cuanto a la falta de habilidades políticas, la mala gestión y la desconexión con las necesidades de la población. La pregunta que surge es si estos casos son síntomas de problemas más profundos en la política, revelando la falta de objetivos, imaginación y visión de futuro en el escenario político actual. Por ultimo vale recordar que Trauss solo se mantuvo en el poder 45 dias