En un anuncio transmitido a nivel nacional, el Presidente Javier Milei revela un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que plantea un "plan de estabilización de shock" a través de la abolición de diversas leyes y regulaciones. Acompañado por su gabinete, Milei presenta medidas que incluyen la revocación de la ley de Alquileres y la ley de Abastecimiento, junto con la propuesta de privatización de empresas estatales aerolíneas argentinas , ferrocarriles aysa entre otras.

Detallando más de 300 reformas dentro del DNU, que van desde la eliminación de leyes relacionadas con la medicina prepaga hasta la eliminación de la "Ley de alquileres" esto va relacionado con los ajustes en el código civil y comercial, Milei sostiene que estas acciones son cruciales para la "reconstrucción" del país tras una heredada "enorme crisis".

En un giro adicional, Milei anuncia la derogación de la ley de tierras en Argentina como parte integral de su ambiciosa agenda de transformación y es ente punto donde me gustaría detener y explicarle a usted lector/a que significa esto:

En Argentina, la "Ley de Tierras" se refiere comúnmente a la Ley Nacional de Inversiones Extranjeras N.º 21.382, que aborda específicamente la adquisición y tenencia de tierras rurales por parte de personas físicas o jurídicas extranjeras. Esta ley fue sancionada en 1976 y ha experimentado modificaciones a lo largo del tiempo para adaptarse a las necesidades y circunstancias cambiantes.

La Ley de Tierras tiene como objetivo principal regular la tenencia y utilización de tierras rurales, estableciendo restricciones y requisitos específicos para aquellos que no son ciudadanos argentinos o entidades extranjeras. Entre las disposiciones más importantes, se encuentra la limitación de la cantidad de tierras que pueden ser adquiridas por personas o empresas extranjeras, así como la necesidad de obtener autorizaciones y cumplir con ciertos requisitos para realizar dichas transacciones.

Esta ley busca proteger los intereses nacionales y prevenir la concentración excesiva de tierras en manos extranjeras, preservando la soberanía y seguridad alimentaria del país. Además, establece ciertos criterios para la distribución equitativa de la tierra y promueve el desarrollo sostenible de las zonas rurales.

La derogación de la Ley de Tierras, como se menciona en el contexto del discurso de Milei, podría tener implicaciones significativas, ya que podría alterar las restricciones y controles establecidos para la adquisición de tierras por parte de entidades extranjeras en Argentina, generando debates sobre la soberanía territorial y el manejo de recursos naturales.