Esta semana, el debate se centra en "los planes sociales", la política social implementada en Argentina fue con el objetivo inicial de mitigar las grandes crisis económicas que ha enfrentado nuestro país. Lo que comenzó como un paliativo se ha transformado en algo crónico, ya que Argentina ha estado sometida a problemas económicos y financieros en los últimos 8 años, causados por malas administraciones y la presión de la oligarquía financiera internacional.

La base de esta política social proviene de grandes entidades financieras y multilaterales de crédito como el FMI y el Banco Mundial, que promueven la idea del posindustrialismo. Esta perspectiva sugiere que los países deben "acomodarse" a la globalización , la cual acarrea consigo el avance de nuevas tecnologías e innovaciones, lo que, según ellos, leva al desempleo y la desigualdad social en países en vía desarrollo. Sin embargo, es notable que los países que promulgan estas ideas no las aplican internamente, siendo Estados Unidos un ejemplo de un gran polo industrial.

En el contexto actual de Argentina, resulta interesante observar cómo el gobierno de Javier Milei y los medios de comunicación vuelven a poner sobre la mesa la discusión sobre "la política social". La amenaza de retirar "el plan" a aquellos que se manifiesten en las calles exigiendo alimentos o aumentos de estas "prestaciones" , no solo es una advertencia, sino que también se refuerza con la implementación del protocolo anti piquete, eliminando el derecho a manifestarse.

La discusión planteada tiene aspectos tanto banales como sustanciales. Si el gobierno logra implementar el protocolo anti piquete, podría generar un disciplinamiento social y una opinión pública donde la manifestación conlleve riesgos. La banalidad radica en que, una vez más, se debate sobre planes sociales en lugar de centrarse en la generación de empleo genuino y de calidad, siendo la industria la clave para eliminar los planes sociales.

Se percibe que el gobierno busca la sumisión de la población mediante la violencia estatal y económica, sin presentar un plan de desarrollo y producción a la sociedad. Aunque el gobierno de Milei sostiene que la espontaneidad del mercado generará las condiciones para nuevos empleos, la historia indica que las grandes potencias desarrollaron sus industrias con el respaldo estatal.

La política social en el gobierno de Javier Milei será crucial, ya que el ajuste económico y las nuevas leyes laborales pueden crear un mercado laboral inestable, aumentando la dependencia de los planes sociales como principal fuente de ingresos para muchas familias.

Quiero dejar claro como peronista que estamos totalmente en contra de la implementación de este tipo de política social. Creemos que gobernar implica generar trabajo genuino y de calidad.


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